
(D Schleider)
Peñarol le ganó con autotoridad a uno de los mejores de la Liga Nacional y se ilusiona con la postemporada.
Bajo presión, Peñarol respondió de la mejor manera. Por la necesidad de ganar, pero también por la forma en que lo hizo, con ausencias y ante un rival de envergadura. El “milrayitas” venció como local a Instituto de Córdoba, por 89 a 71, y conserva la ilusión de ganarse un lugar en la postemporada de la Liga Nacional de Básquetbol.
A pesar de no poder contar con Federico Marín ni Luciano González (en la “Gloria” no jugó el marplatense Tomás Monacchi), Peñarol se quedó con el triunfo con gran autoridad.
El local encarriló el juego de entrada, con un muy buen primer cuarto en el que empezó a sacar ventajas con la irrupción en la cancha de la segunda unidad. La presencia de Kelby Kramer acomodó la defensa interior, y tanto Víctor Fernández como Damián Pineda tuvieron mucha participación con su tiro abierto.
Con ese panorama, Javier Saiz -quien había tenido un buen ingreso desde el banco- fue mejor controlado. Los largos brazos de Kramer obligaron a corregir tiros (y fallar), y también aplicó correctivos con festejados tapones.
Pero si el primer cuarto había sido muy bueno, mejor aún resultó el segundo para Peñarol. Que además, había cosechado una ventaja considerable -en el juego y en el resultado- sin puntos anotados por Al Thornton (el goleador de la Liga) en un cuarto y medio.
Pese al positivo retorno de Emmitt Holt, el único que pudo aportar algo decente en Instituto en toda la primera mitad, Peñarol extendió la ventaja con su notable puntería exterior (8/12 en triples antes del descanso largo) y con la velocidad de Marcus Thomas para correr el contraataque, por momentos con lujos.
Instituto se fue perdiendo en protestas, se descontroló, perdió la línea y la brecha se extendió más allá de los 20 puntos, escenario que erigía a Víctor Fernández como una figura extraordinaria.
Los cordobeses no habían ofrecido casi ninguna de las virtudes que lo tienen como uno de los grandes animadores de la temporada regular. Y salieron decididos a cambiar la imagen en el segundo tiempo. Mejoraron ostensiblemente su respuesta defensiva y a Peñarol se le hizo más complicado anotar. Pero como las de Hernán Laginestra nunca escatimaron esfuerzos atrás, Instituto no consiguió limar demasiado aunque Lucas Victoria probó con diferentes variantes de nombres y esquemas.
Por momentos, parecía imposible para la “Gloria”, porque cada jugador de Peñarol que intervenía, aportaba alguna solución. Uno de los pocos que mantuvo un nivel aceptable fue el exQuilmes Alex Negrete. Un aporte que claramente resultó insuficiente para oponer a un equipo sólido, con la confianza en alto y al que dio gusto verlo jugar.
Acaso el desenlace, con la esperable obligación de Instituto y cierta lógica flexibilidad del “milrayitas”, le haya restado algo de brillo a una noche fenomenal. Poco o nada importó. El trabajo ya estaba hecho con creces. No hay dudas de que, jugando así, Peñarol merece estar en los play-offs.
Peñarol 89
L. Andújar 9, M. Thomas 18, N. Chiaraviglio 3, A. Thornton 13 y R. Acuña 4 (FI). V. Fernández 23, K. Kramer 4, D. Pineda 7, F. Tolosa 8, G. Rossi 0, T. Martínez 0, G. Amán 0. DT: Hernán Laginestra.
Instituto (C) 71
L. Vildoza 5, N. Copello 10, N. Pomoli 4 (x), B. Lugarini 2 y E. Holt 12 (FI). J. Saiz 9, A. Negrete 18, L. Aaliya 9, L. Guerra 2, F. Moussa 0, S. Guasco 0, L. Salvetti 0. DT: Lucas Victoriano.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Fernando Sampietro, Roberto Smith y Emanuel Sánchez.
Parciales: 27-16, 56-35 y 73-51.
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